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miércoles, 27 de julio de 2011

CASTELL DE MONTJUIC

Pasado                                

En el año 1640, durante la revuelta contra Felipe IV, se construyó la primera fortificación en la cumbre de la montaña de Montjuïc, con forma de cuadrilátero, revestida de piedra y barro. Desde esta se resistió al asalto de las tropas castellanas de Pedro Fajardo de Requesens-Zúñiga y Pimentel, marqués de los Vélez, el 26 de enero de 1641 (batalla de Montjuïc).

En el año 1694 el fortín se convirtió en un castillo cuya planta ocupaba toda la parte llana de la cima, con tres baluartes mirando hacia tierra y una línea de dientes de sierra mirando al mar.
Durante la guerra de Sucesión española, la caída del castillo en manos de Charles Mordaunt, lord Peterborough, el 17 de setiembre de 1705, fue un factor que influyó para que los catalanes se sumaran a la causa del archiduque Carlos de Austria. Felipe V lo recuperó el 25 de abril de 1706, pero lo perdió de nuevo el 12 de mayo de ese mismo año, y no volvió a estar en su poder hasta el 12 de setiembre de 1714, cuando, conforme al artículo quinto de las capitulaciones que ese mismo día propuso el duque de Berwick a la ciudad de Barcelona, el castillo fue entregado a las tropas borbónicas.
En el año 1751, el ingeniero militar Juan Martín Cermeño ordenó destruir el antiguo fortín de 1640, que todavía permanecía entre las nuevas paredes, y acabó de dar forma al conjunto de fortificaciones, dotándolo de servicios y cisternas, una de estas de agua potable, y mandó la excavación del foso. Entre 1779 y 1799 se realizaron diversas obras para poder acoger al doble de personas, así como la construcción de cocinas y fogones para alimentar a 3.000 personas. Fue entonces cuando el castillo tomó la forma que ha conservado hasta ahora y se dotó de artillería, con unas 120 bocas de fuego.                                            
El 13 de febrero de 1808, las tropas francesas entraron en Barcelona con 5.427 hombres y 1.830 caballos. En un principio tenían que permanecer tres días en la ciudad; sin embargo, el 29 de febrero de 1808 un cuerpo de las tropas imperiales de Napoleón, comandadas por el coronel Floresti, subió a la montaña de Montjuïc para apoderarse del castillo. Lo consiguió, pero con ello provocó el malestar de las tropas que había porque el capitán general del Principado había recibido órdenes de la propia Corte de recibir benévolamente a las tropas napoleónicas.
En el año 1842, durante la regencia del general Espartero, la ciudad fue bombardeada desde el castillo para sofocar un levantamiento revolucionario. El año siguiente, el general Prim ordenó otro bombardeo de Barcelona, donde se lanzaron más de 2.500 proyectiles durante los 81 días que duró el asedio de las tropas gubernamentales.
En la década de 1890 se encerró a los obreros involucrados en la ola de violencia anarquista. Se encarceló también a los detenidos durante la Semana Trágica en 1909, momento en que, también en Montjuïc, se fusiló al pedagogo catalán creador de la Escuela Moderna, Francesc Ferrer i Guàrdia. En el año 1919 hubo más de 3.000 obreros encarcelados a causa del conflicto de La Canadenca. En 1936 se llenó de prisioneros de derechas, y de 1936 a 1938, además de continuar como prisión, fue el escenario del fusilamiento de 173 personas. En este lugar murió fusilado el presidente de la Generalitat de Catalunya Lluís Companys el 15 de octubre de 1940.
El castillo se mantuvo como prisión militar hasta 1960. Después se cedió a la ciudad bajo la dirección y gestión del Ejército de tierra. Pasados tres años de obras para acondicionarlo como museo militar, el 24 de junio de 1963 Francisco Franco presidió la inauguración.